Los suelos laminados están formados por varias capas (láminas) de distintos materiales. (1) Una capa superior transparente y resistente al desgaste formada por varias capas de melamina prensadas. Se termina con un relieve que imita la madera para que su textura sea prácticamente idéntica. (2) La impresión de una fotografía de madera real, (3) un panel de fibras de alta densidad duradero, estable y resistente a la humedad y (4) una capa de refuerzo resistente a la humedad que equilibra las lamas.
Este suelo no admite ser lijado y barnizado como el parqué, pero por otra parte su dureza es mayor que la de la madera, resiste mejor la humedad, los arañazos y las manchas. Por lo general, los suelos laminados son más económicos que los pavimentos de paqué y la calidad de sus acabados los hacen difícilmente distinguibles de los de madera natural. Su instalación suele ser normalmente flotante y la mayoría de los fabricantes incorporan un sistema de ‘clic’ que hace que su montaje sea muy sencillo y bastante rápido.